lunes, 15 de enero de 2018

"I can´t feel my face when I´m with you...but I love it"

Angelyka.
Como fantasma de Insidious, mágico canal para alcanzar a la MENTE infinita que subyace detrás de todo, el TODO que sueña este universo.
La oigo, la escucho. La siento.
Moviendo la electricidad de mis sinapsis neuronales.
Un eco. ¿Y qué me dice?

"Escribe sobre mí"
"Hazme real, búscame. No me olvides."

La limito a mis tiempos de escritura, a mi devaneo literario de ocio, pero ella insiste.
Quiere ser algo más.
Entonces conozco a su proyección diédrica en este mundo.
Esto es serio.

"Sólo tienes que pronunciar LA PALABRA"

-Mira, Angelyka, esto está muy bien para dar rienda suelta a mi imaginación y creatividad literaria, pero una cosa son los jugueteos mentales y otra que me vuelva loco-roco de remate.

"¿Quieres que tu vida pase sin los laureles, vivir como mueren todos, en un trabajo sin más, una vida mediocre?

-Buf

"Solo tienes que pronunciar LA PALABRA. Dila. Siéntela. Y tu nombre estará entre los Grandes, yo te ayudaré. Pero tienes que decir LA PALABRA.

-De acuerdo. Sí.

"No te oigo..."

-SÍ! SÍ! ACEPTO!




 I was immediately attracted to her, visually. It was a thing that you really can’t explain where you’re drawn to someone. I couldn’t stop thinking about her and potentially working with her in some capacity. I tried to track her down.

What I’ve found with Angie is an authenticity and this pure and unique male-like aesthetic that felt very real to me.